El viento bramaba en plena noche transportando un aroma que
cambiaría el mundo. Sombra alzó la cabeza y olisqueó el aire. El ser, de
elevada estatura y de aspecto humano salvo por el pelo carmesí y los ojos de
color granate, parpadeó sorprendido. El mensaje era correcto: estaban allí. ¿O
era una trampa? Sopesó las posibilidades y dijo fríamente...
Si quieres saber si a los úrgalos les han tendido una trampa, lo puedes descubrir leyendo este sorprendente libro.
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